viernes, 1 de mayo de 2009

Al fin Elizabeth

¿Qué cargan las hojas para dormir sobre las aguas?
¿Qué miran los bueyes si la sombra de la noche les cae?

¡Qué afán este de arrancar y poseer
de dominar y separar!
Ponme junto al caracol
para oir los intrincados hornos de la profundidad




Si estallas como fogata
y tu piel salta en los mil trozos de la memoria
¿dónde quedas?
Al gajo lo sostiene el terruño
al astro el tiempo, el espacio
A ti ¿qué te espera?
¿los rasgos del silencio vital
al no saber hacia dónde dirigirte
ni conocer ese fin tuyo
diferente al de la planta, al del animal?
Y sigues entre un múltiple ámbito
de mis facetas inseparables
desde el instante en que brotaron
¿Hay más?
Si el oro vive el vacío
¿cómo viviría lo que en nosotros es
desde el instante en que el alma nos perteneció?